Hay una serie de situaciones en la que todos los colombianos coincidimos. Si queremos hacer alguna diligencia, necesitaremos siempre nuestra cédula de ciudadanía; si queremos viajar, debemos tramitar nuestro pasaporte. Si queremos estar al día en nuestras obligaciones, es importante diligenciar el pago de nuestros impuestos. Como estos, hay cientos de ejemplos que evidencian el contacto diario que todos tenemos con el Estado, a través de los servicios y productos. Esta es una realidad y hace parte de nuestro día a día; es más, los ciudadanos exigimos que las entidades públicas no solo nos provean servicios, sino que estos sean cada vez mejores y con mayor calidad. 

En este sentido, ¿Qué pasaría si, así como tenemos la capacidad de calificar el servicio en un restaurante o la atención al usuario en la sala de espera, pudiéramos evaluar la calidad de los productos y servicios que nos ofrecen las entidades públicas? Pensando en ello, la Dirección de Gobierno Digital, del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, creó el Sello de Excelencia de Gobierno Digital, un modelo de certificación que busca garantizar la alta calidad de los servicios y los productos digitales del Estado colombiano desde los mismos usuarios y expertos conocedores. Este modelo busca a través del diálogo virtual, potenciar y facilitar los procesos participativos, y reducir las barreras que impiden la vinculación de todos los actores del ecosistema digital en los asuntos públicos, además de incentivar el uso y aprovechamiento de los servicios y productos digitales del Estado. 

El corazón del Sello de Excelencia es la comunidad virtual, integrada por academia, industria TI, ciudadanos, entidades públicas y organizaciones internacionales. Esta comunidad interactúa bajo un esquema de colaboración abierto, participativo y transparente, promueve procesos de innovación en las entidades participantes, además de verificar y validar los servicios digitales registrados. 

La sostenibilidad de esta comunidad está soportada en dos grandes pilares, el primero el compromiso e interés de todos los miembros de la comunidad del Sello, y el segundo, en una estrategia de incentivos a través de un modelo de gamificación que vincula, estimula la permanencia y motiva la participación de los actores en los roles que les correspondan. 

Así mismo, y con el fin de realizar adecuadamente el proceso de postulación de los productos objeto de certificación, a continuación relacionamos los pasos con los que las entidades públicas podrán certificar sus productos con el Sello de Excelencia: 

1) Identifica: La entidad identifica los productos y el nivel de certificación a postularse 

2) Cumple: La entidad verifica el cumplimiento de los requisitos y recolecta las evidencias 

3) Postula: La entidad postula sus productos a través de la plataforma www.sellodeexcelencia.gov.co 

4) Sigue: La comunidad realiza el proceso de evaluación y validación de los requisitos 

5) Celebra: Al cumplir el 100% de los requisitos, se otorga la certificación 

¿Qué productos se pueden presentar? Recordemos que el Sello de Excelencia tiene 3 categorías: 

Servicios en línea, que define los requisitos de calidad de los trámites y servicios en línea que ofrecen las entidades del Estado, tanto en el orden nacional como territorial, en cuanto a disponibilidad, 

seguridad, soporte, acceso, usabilidad e interoperabilidad de cara a la experiencia del usuario. 

La categoría de Gobierno Abierto, la cual certifica conjuntos de datos abiertos y ejercicios de participación por medios digitales, en donde se busca poner a disposición de los ciudadanos datos de calidad que puedan ser usados como catalizador de nuevas aplicaciones, servicios y por lo tanto transformar modelos actuales de TI. Con la certificación de ejercicios de participación por medios digitales, se busca fortalecer la democracia participativa a través de mecanismos digitales en doble vía. 

Y, por último, la categoría de capacidades de gestión de TI, que consiste en certificar las habilidades institucionales en gestión de TI que desarrollan las entidades para demostrar su talento de aprovechar adecuadamente la tecnología, al interior de la institución, y proporcionar servicios a los ciudadanos bajo esquemas de eficiencia y seguridad. 

Finalmente, lo más importante en este modelo no son los requisitos, los contenidos, las acciones o el conocimiento de los actores individuales. Lo importante es la relación que se desarrolla entre todos los actores que generan un conocimiento colectivo que se traduce en un valor político, económico, social y público, donde todos seremos protagonistas y beneficiarios de este valor público.